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La importancia del rumbo

 

"Para sacar el máximo partido de un radar, el sensor de rumbo tiene que ser de muy buena calidad. Sobre todo, si se utilizan las funciones más avanzadas, como Velocity Track o la superposición de cartas", afirma Craig McMillan, experto en productos de Navico. "Lo barato sale caro", como dice el refrán.

 

"Contar con un compás realmente bueno en la NMEA 2000 es indispensable para obtener el rumbo más preciso posible de todos los aspectos importantes, desde las características del terreno y los peligros subacuáticos hasta las boyas o los posibles conflictos de tráfico".

 

Además, como señala Laurie Bates, el director de productos de Simrad, el radar no es lo único que sale beneficiado.

 

"El piloto automático y las lecturas sobre la dirección y la velocidad real del viento, así como muchas otras funciones, funcionarán mucho mejor gracias a un rumbo más preciso".

 

La importancia del compás

 

"Uno de los aspectos que siempre tenemos en cuenta a la hora de ofrecer sistemas a embarcaciones es que la fuente de rumbo, es decir, el compás, sea de una calidad excelente", señala Laurie. "Sin embargo, al considerar una actualización del sistema o del radar, pocos son quienes le dan prioridad al compás. A menudo, en lugar de hacer una renovación completa se plantean ir actualizando el equipo por etapas, a lo largo de varias temporadas, centrándose de cada vez en una nueva pantalla, un nuevo radar o un nuevo sensor de viento".

 

"Esto es perfectamente comprensible; no todo el mundo puede o quiere cambiarlo todo de un plumazo. Pero lo más probable es que el compás pase desapercibido, ya que suele encontrarse oculto bajo una litera en la parte posterior de la embarcación. Y, sin embargo, este componente desempeña un papel muy importante en lo relativo a la precisión y al rendimiento general de muchas otras funciones. Por mucho que no se vea y que lo pasemos por alto, afecta de una forma u otra al conjunto de los instrumentos. Asimismo, me sigue sorprendiendo lo habitual que es encontrar compases de 15 años, y que por lo tanto no funcionan adecuadamente, en embarcaciones que, por lo demás, disponen de un sistema totalmente nuevo".

 

"¿De qué sirve tener un radar si no puedes confiar plenamente en que el rumbo ayude a identificar con precisión los objetivos que aparezcan en él? Es más: por mucho que el radar señale lo que debe, sin un sensor de rumbo que sea preciso y pueda analizar el movimiento a bordo de la embarcación para adaptarse a él en tiempo real, no es posible utilizar la función Velocity Track ni confiar en el seguimiento de objetivos MARPA. Y, al fin y al cabo, esas son algunas de las razones principales para tener un radar".

 

La tecnología de instrumentación náutica, al igual que muchas otras áreas de la electrónica moderna, ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años, dando lugar al desarrollo de compases de gran precisión que pueden evaluar y compensar el movimiento de las naves a unos niveles de exactitud que no eran posibles ni asequibles para la gran mayoría de las embarcaciones de recreo hasta hace unos años. Dicho lo cual, ¿qué opciones se ofrecen y qué debemos tener siempre en cuenta? Craig nos lo explica con mucho gusto.

FLUXGATE v Precision-9

 

"El desarrollo de sensores de rumbo modernos se inició con los compases Fluxgate, que llevan ya un tiempo con nosotros", afirma. "Más adelante, se incorporaron los sensores de estado sólido, que son excelentes para supervisar el movimiento de una embarcación". 

 

"Precision-9 es un sensor de estado sólido que detecta la velocidad de giro del barco en 9 ejes para tener el movimiento bajo control y ofrecer la información de velocidad de viraje más precisa posible".

"Se trata de un compás de estado sólido muy fiable y que ha gozado de gran éxito a lo largo del tiempo. Además, se le han implementado mejoras técnicas muy importantes a través de actualizaciones más rápidas y mejoras de procesamiento".

 

"Los compases Fluxgate deben instalarse en la línea central de la embarcación. Concretamente, en la parte inferior del casco, cerca de la línea de flotación. Aunque son muy precisos, es indispensable que no haya elementos electromagnéticos a su alrededor, como altavoces de gran tamaño u otras fuentes de interferencias eléctricas y magnéticas".

 

"Una de las grandes ventajas del sensor Precision-9 es que cuenta con una rutina de calibración automática. Anteriormente había que ir en círculos para calibrar, pero el Precision-9 lo hace de forma automática mientras la embarcación se mueve por el muelle y, por si fuera poco, analiza las anomalías de esta".

COMPASES GPS

El otro grupo de sensores de rumbo que merece la pena mencionar son los compases por satélite. Al igual que los anteriores, incluyen sensores de cabeceo y balanceo, por lo que también son indicados para las plataformas en movimiento. A diferencia de los compases Fluxgate, estos se instalan en la parte superior de la superestructura, donde reciben mejor las señales de los satélites.

"Los compases GPS miden los desfases entre las señales de la constelación de satélites, por lo que ofrecen una precisión extraordinaria", añade Craig. "En Simrad hay tres: el HS60, el HS75 y el HS80".

 

HS60

Mientras que el HS60 tiene una precisión de 2 grados y una salida de 10 Hz

 

HS75

El HS75 ofrece una precisión de 0,75 grados

 

HS80

No obstante, la flor y nata de nuestra gama de compases GPS es el HS80, que dispone de una precisión de 0,5 grados y de una salida de 20 Hz.

"Si tenemos en cuenta este rendimiento, salta a la vista que los compases GPS son sensores de rumbo muy exactos y que utilizan una tecnología muy avanzada".

 

"Asimismo, como proporcionan el rumbo gracias a la constelación de satélites y no utilizan el flujo magnético para calcularlo, tampoco es necesario calibrarlos. De este modo, no hay que corregir la declinación magnética del compás, lo que facilita el uso y garantiza la precisión".

 

En resumidas cuentas, es posible que el compás no sea el primer elemento en el que se repara a la hora de actualizar el sistema de radar. Sin embargo, asegurarse de que los datos sobre el rumbo sean los más precisos posible constituye uno de los requisitos para garantizar a su vez que el sistema sea preciso y, por tanto, enteramente fiable.

 

"Sin un rumbo preciso y en el que se pueda confiar, no es posible utilizar la función de seguimiento Doppler ni guiarse por el seguimiento de objetivos MARPA", prosigue Laurie. "Por ejemplo, si el rumbo tiene un desfase de 7 u 8 grados, no puedes estar seguro de que la señal del radar que marca un rumbo de 045 te dirija al marcador de canal que buscas. En esos momentos, es difícil confiar en que lo que indica el radar se corresponda con un objeto del mundo real".

 

"Dicho de otro modo, un mal compás perjudicará tu sistema".

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Laurie Bates

Ingeniero colegiado miembro de la IET

Laurie lleva toda su vida profesional dedicado a la electrónica. Después de estudiar ingeniería electrónica y eléctrica en la Universidad de Auckland, pasó 20 años en la Armada de Nueva Zelanda y obtuvo un máster de ciencias en ingeniería de artillería y explosivos en la Universidad de Cranfield (Reino Unido). Sus amplios conocimientos especializados en radares y su experiencia en el campo militar le abrieron las puertas de Navico, donde desempeña el cargo de director de productos de Simrad.

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Craig McMillan

Experto de producto

Tras su paso por la industria aeronáutica en la Fuerza Aérea de Nueva Zelanda, Craig estuvo 20 años distribuyendo productos de Simrad y B&G antes de incorporarse a Navico como experto en productos, un cargo que ocupa desde hace seis años.